Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770 – Berlín, 14 de noviembre de 1831), filósofo alemán nacido en
Stuttgart, Wurtemberg, Hegel asistió al seminario de Tubinga con el poeta épico Friedrich Hölderlin y el
idealista objetivo Schelling. Los tres estuvieron
atentos al desarrollo de la Revolución francesa y colaboraron en una crítica de las filosofías idealistas de Immanuel Kant y su seguidor, Fichte.
Hegel
fue uno de los promotores más notables de la superioridad europea, más
exactamente del norte de Europa, sobre las demás culturas del mundo. Para él,
la Historia Universal nace en Asia, y culmina en Europa. La manifestación más
alta del pensamiento humano, que aparece con la modernidad, para él, con la
Reforma Protestante en Alemania, la Revolución francesa y la Ilustración,
también de «cosecha» germánica, son los puntos de referencia en donde la
subjetividad se reconoce a sí misma. Hegel recuerda que Inglaterra se otorgó a
sí misma la «misión» de expandir la civilización por el resto del mundo.
Fue un
defensor irrestricto del «Espíritu germánico», que acompañado del cristianismo,
sería lo más avanzado de la humanidad:
1. La metafísica hegeliana
En general, pueden
distinguirse tres grandes planos de la reflexión metafísica de Hegel. En primer
lugar, está el plano en el que se describe la totalidad de lo real tal como
aparece; pero como aparece en y por el hombre. Este es el plano fenomenológico de la
metafísica hegeliana. “La phänomenología —dice A. Kojeve— es la ‘Ciencia de las
apariciones del espíritu’, es decir, de la totalidad del ser real que se revela
a sí mismo por el discurso del hombre que el Ser implica”(2); y que, en tanto
que ser real, envuelve como uno de sus momentos básicos al hombre mismo y su
praxis.
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